Sweet sixteen
Rizos volanderos y arrebol en las mejillas. Una serena felicidad.
Luz cenital, mirada fuera de cuadro, piel de seda, sonrisa glamurosa... ¡Estilo Hollywood aprendido en tardes de ensueño del cine Olimpia!
Ese día Mary se había puesto su mejor canesú, la chaquetilla más entallada de su ropero, para el retratista de los domingos.
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